Tal como en Paraguay, Chile cuenta con una diversidad natural con enorme potencial para el desarrollo sostenible. Hoy, además, las exigencias internacionales demandan este tipo de gestión para los países y sus empresas.
La sostenibilidad es algo que hoy los mercados más maduros como Alemania y los demás países que componen la Unión Europea, así como también Estados Unidos, Australia y Canadá, buscan. Sus consumidores están privilegiando productos que cumplan con la creación de valor económico, que reduzcan los impactos sociales y medioambientales.
Chile es líder en sostenibilidad en América Latina y número 28 a nivel global. Con 77.4 puntos, se coronó como el más sostenible de la región, según el ranking de Desarrollo Sostenible 2020, liderado por el economista Jeffrey Sachs y la Universidad de Cambridge, superando a economías como Estados Unidos, Italia, Costa Rica y Australia.
Los 5 mejores desempeños del país se dieron en los temas relacionados a compromisos ambientales. No obstante, aún quedan grandes desafíos por abordar, en otras dimensiones como en equidad de género y producción y consumo responsable.
Por otra parte, Chile cumple con 7 de los 9 criterios de vulnerabilidad ante el cambio climático, lo que lo posiciona como el 16vo país más riesgoso y el 18vo con mayor estrés hídrico. Sumado a esto, el aumento poblacional, la baja disponibilidad y calidad de suelos, así como la migración campo-ciudad, hacen que la actividad agrícola se encuentre especialmente expuesta a las crisis climáticas y de diversa índole.
Es por eso que, por una parte, el país ha ratificado el acuerdo de París y con eso se encuentra comprometido a disminuir sus emisiones de gases de efecto invernadero, inclusive, ha aumentado su ambición para contribuir a este objetivo. Asimismo, está discutiendo una Ley Marco de Cambio Climático y se ha comprometido como país en alcanzar la meta Chile Carbono Neutral al 2050.
Por otra parte, a través de alianzas público privadas, ha empezado a trabajar con mucha responsabilidad este tema, con el fin de cumplir con estándares internacionales y también por hacer que Chile sea un país sostenible para las futuras generaciones.
En la Dirección General de Promoción de Exportaciones de Chile (ProChile) la sostenibilidad se ha transformado en un eje central de su quehacer, tanto a nivel interno como externo. La institución quiere liderar incorporando la sostenibilidad en el mundo exportador, por lo que está desarrollando una estrategia propia al 2030, que le permita alinear a los diferentes sectores exportadores y empresas hacia el logro de metas comunes.
Hace unas semanas se articuló la primera mesa de sostenibilidad del sector agroexportador. Chile es una potencia alimentaria y el desafío es hacer que todas las empresas exportadoras incorporen la gestión de sostenibilidad y vayan mejorando en su gestión.
Chile además está trabajando en potenciar las certificaciones que generen mayor impacto y aumenten la competitividad de las empresas en los mercados de destino. Por ejemplo, están las que facilitan el ingreso al país, que son aquellas que se enfocan en la inocuidad alimentaria y la trazabilidad, y las que permiten diferenciarse en los mercados internacionales, sobre todo frente al consumidor final y que generan un aumento de los precios y de ventas. Por ejemplo, sello orgánico, huella de carbono, entre otras.
Es primordial que la certificación sea relevante para el mercado de destino. Por ejemplo, Estados Unidos y México tienen un historial con alta regulación y barreras de entrada, principalmente en calidad y etiquetado. Por otro lado, la regulación de entrada a Japón no es tan exigente en sostenibilidad, pero sí lo es para los consumidores, por lo que, a través del constante monitoreo y comunicación o coordinación con nuestras oficinas comerciales en el exterior, vamos definiendo.
Hoy Chile cuenta con certificaciones de equivalencia orgánica con la Unión Europea, Brasil y Suiza, las que han permitido la entrada a mercados maduros en estos aspectos y la diferenciación de sus productos. Además, el país y sus sectores productivos están trabajando en planes de carbono neutral y sellos de sostenibilidad, entre otros.
Sin duda, este tema es el futuro para los países, no solo a nivel económico, sino que también en cuanto a calidad de vida, y Chile se encuentra trabajando en ello.
“En este contexto, para los negocios con enfoques de inclusión de materias en sostenibilidad queremos fortalecer la relación bilateral entre Chile y Paraguay, en virtud de los nuevos paradigmas de la economía mundial, con el fin de generar alianzas y estrategias de colaboración entre ambos países», señala Carlos Brunel, Director de la Oficina Comercial de Prochile en Paraguay.