Luis Aguirre, conocido por su película Universo Servilleta (2010), concretó en julio pasado la venta de su nuevo unitario al que tituló Mr. Black y Los Perros. Escrito como comedia, contiene altas dosis de acción y toques dramáticos.
El desarrollo del material requirió de tres años, durante los cuales Aguirre realizó seis revisiones hasta tener en sus manos un producto que lo satisficiera. Fue entonces cuando Esteban Aguirre, coproductor de Luis, emprendió la misión de conectar al creador con el mercado audiovisual.
El empresario Enrique Hellmers y el inversor alemán Julian Sandt sellaron la compra en partes igualitarias al precio de USD 15 000; mismo monto que manejan industrias extranjeras, como Netflix, para el comercio de historias originales.
La adaptación
“Lo que Luis escribió es auténtico, propio y genial, incluyendo la fluidez de los diálogos”, explica Enrique Hellmers. Como productor ejecutivo, Enrique tomó la determinación de convertir a Mr. Black y Los Perros en una serie televisiva de 20 episodios. Para Hellmers, es muy probable que se filme en Paraguay, en el caso de que llegue a producirse: “El lenguaje es ajustable universalmente, pero lo ideal sería hacerlo en Paraguay. Sin embargo, es una historia universal en todo sentido, la jocosidad de los modismos no está atada a nada local”.
En este momento, la producción está abocada a captar socios estratégicos, y Enrique, por su parte, busca dirigir la serie completa. Entre las películas con las que ha colaborado como productor, se encuentran Miss Ameriguá (1994), Fin de la línea (2013), Luna de cigarras (2014) y Felices los que lloran (2015).
Como asesor, formó parte de la etapa paraguaya de Miami Vice (2006) y en El reflejo (2008). Para los títulos Eskaton (2018) y la próxima Hope farm, ambas del escritor Doc Benson, asumió el rol de productor ejecutivo, al igual que para La redención, la nueva obra del paraguayo Herib Godoy.
Sobre el realizador
“Esta venta facilita que empiece a trabajar en una nueva ficción. Siempre estoy escribiendo y ahora con una nueva convicción”, asevera Aguirre, quien ve esta transacción como un avance para la producción nacional de historias, más que como un logro propio: “Ya tenemos equipos de primera a nuestro acceso, y ni hablar del nivel actoral con el que ya se cuenta. Sin embargo, la parte que requiere solo lápiz y papel es la que más escasea. Me gustaría que surja una generación de cineastas que no solo se siente a escribir un guion como un medio para filmar y nada más. Quiero que esta generación sea de guionistas que escriben porque lo que quieren es escribir, buscando arte, alma y artesanía en cada palabra. El cine nace sobre el papel”.
Luis Aguirre comenzó su carrera audiovisual con el cortometraje Una y media (1998), más tarde realizó el mediometraje Minotauro (2008), pero fue Universo Servilleta (2010) la película que le valió reconocimiento nacional y regional como cineasta.