Cáñamos del Sur SA, la primera empresa paraguaya enfocada cien por ciento en la producción y la industrialización de la planta de cannabis, instó a más de 100 empresarios y emprendedores a conformar la Cámara Paraguaya de Cannabis Industrial, para consolidar el rubro y dinamizar las políticas públicas referentes a esta materia prima. El evento fue ayer miércoles, en el restaurante Hippie Chic.
Cabe resaltar que nuestro país cuenta con una legislación única en el mundo, por la cual el Estado garantiza el acceso gratuito al aceite y demás derivados de la planta, tras un simple registro, además de promover la investigación científica de esta planta. Tal ley fue reglamentada por decreto 9303/18, el cual encarga al Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social (MSPyBS) conceder cinco licencias a laboratorios privados para la producción primaria hasta la exportación.
Sobre el punto, Juan Cabezudo, presidente de la empresa, manifestó: “Esta ley, única en el mundo, es una conquista de la sociedad civil, a través de organizaciones, como Mamá Cultiva Paraguay, y un derecho prioritario para miles de enfermos sin alternativas en la medicina convencional, quienes hasta hoy deben que recurrir al microtráfico para paliar sus dolencias. Es un despropósito que a dos años de su promulgación todavía no haya avances concretos, en un país con más de 10 mil hectáreas de cultivos ilegales y sus nefastas consecuencias”.
Durante la exposición, se resaltó la necesidad de socializar este proceso a través de una campaña pública con apoyo privado, mediante la cual la población en general sea informada respecto de los beneficios del aceite de cannabis para paliar más de 29 enfermedades crónicas, incluido el cáncer; sobre su derecho al acceso gratuito a esta medicina; y sobre la transparencia y la apertura en la redacción de las normas para su producción local. “Proponemos la convocatoria a una gran mesa de trabajo, en la que podamos debatir abiertamente y de manera transversal las oportunidades que otorga este extraordinario rubro, para ponernos a la vanguardia de la coyuntura local e internacional”, sostuvo Cabezudo.
Seguidamente, acotó: “Con la conformación de la Cámara –Paraguaya de Cannabis Industrial–, queremos aglutinar a todos los interesados en esta revolución en marcha, que se inicia con el desprejuicio en torno a una de las plantas más versátiles que nos propone la naturaleza, además de interactuar con el Estado para que garantice el acceso gratuito al aceite medicinal a nuestros enfermos, priorizando a nuestros pequeños productores: legítimos beneficiarios de este nuevo modelo agroindustrial”.
En tal sentido, Cáñamos del Sur promueve, además, dos iniciativas concretas. La primera es la participación oficial del Paraguay en la primera Expo Cannabis Argentina, que tendrá lugar del 4 al 6 de octubre próximos en el predio de La Rural, en Palermo, en Buenos Aires. “El objetivo es llevar a una delegación paraguaya integrada, tanto por empresarios como por autoridades nacionales, para que dinamicemos, en conjunto, estos tiempos y aprovechemos la coyuntura regional”, reflexionó Juan Cabezudo.
Como segunda iniciativa, el 14 y el 15 de noviembre, en el campus de la Universidad Nacional de Asunción (UNA), será realizado un congreso internacional de cannabis, enfocado en la medicina natural, coorganizado por Cáñamos del Sur y Laboratorio Wotan. Tal evento contará con la participación virtual de Raphael Mechoulam, reconocido mundialmente como el padre de esta medicina.
Cáñamo industrial
El cáñamo y la marihuana son fácilmente diferenciables con un simple análisis que señale el porcentaje del psicotrópico tetrahidrocannabinol (THC) presente en la planta. Mientras la marihuana lo posee en un promedio del 15 %, el cáñamo no supera el 0,5 %. Además, son notorias las diferencias de altura, forma, olor y densidad de siembra de las plantas.
Finalmente, el uso que se les da es muy distinto: la marihuana es mayormente utilizada como medicina o de manera recreativa; mientras el cáñamo es una de las materias primas más versátiles conocidas, ya que sus semillas proveen un 34 % de proteínas, su fibra vegetal es la más resistente de la naturaleza, su producción agrícola no requiere de agroquímicos y todos sus productos industrializados son biodegradables.