Este jueves 21 de septiembre, a las 18:30, el artista visual Marcos Benítez inaugura su muestra Feral exposiciones de obras recientes, con la curaduría de Lia Colombino. La exposición estará disponible hasta el 21 de octubre, en Fábrica Galería/Club de Arte (Sargento Martínez 271 e/ Telmo Aquino y Abente Haedo).
Lia Colombino, curadora de la exposición, explicó que el término feral tiene varias acepciones. Por un lado, se utiliza para nombrar aquello cruel y sangriento; sin embargo, también se utiliza para denominar aquellos animales que, habiendo sido domesticados, vuelven a comportarse salvajemente y abandonan el ámbito del corral o lo doméstico para ser libres.
“En su trabajo de investigación relacionado con la producción artística, Marcos Benítez, desde hace aproximadamente un año, ha recabado información sobre la fiera entre las fieras, el yaguareté. Desde hace tiempo, Marcos trabaja en torno a la depredación que hacemos los seres humanos de los recursos naturales: la deforestación, la pérdida de ciertas especies de plantas en algunos ecosistemas, sobre todo, lo relacionado con el bosque Atlántico y, ahora, la amenaza de la desaparición de los felinos americanos, entre ellos, el yaguareté”, detalló.
En este contexto, Lia Colombino subrayó que no sólo la flora está amenazada, sino también, la fauna. “El yaguareté, amo del territorio en un pasado no tan remoto, temido y a la vez adorado, no encuentra comida ni refugio, y es ultimado cuando amenaza el ganado vacuno”.
Así, Marcos Benítez visibiliza esta problemática a través de sus obras, es decir, reinterpreta la relación entre el ganado vacuno y la fauna nativa, lo doméstico y lo salvaje. “Muchas de sus obras replican las manchas del yaguareté, trabajadas a fuego sobre lienzo, similar a las marcas de propiedad de las vacas de una estancia”, reveló la curadora.
Citó otra obra de la serie que exhibe un cuero vacuno que recibe las manchas del yaguareté, también realizadas a fuego, con la idea de que algún día el ganado se revele del amo y se vuelva feral, salvaje. “Quizá sangriento”, exclamó.
@marcosbenitezb
Feral exposiciones de obras recientes: la muestra de Marcos Benítez que visibiliza la problemática de la fauna nativa
Este jueves 21 de septiembre, a las 18:30, el artista visual Marcos Benítez inaugura su muestra Feral exposiciones de obras recientes, con la curaduría de Lia Colombino. La exposición estará disponible hasta el 21 de octubre, en Fábrica Galería/Club de Arte (Sargento Martínez 271 e/ Telmo Aquino y Abente Haedo).
Lia Colombino, curadora de la exposición, explicó que el término feral tiene varias acepciones. Por un lado, se utiliza para nombrar aquello cruel y sangriento; sin embargo, también se utiliza para denominar aquellos animales que, habiendo sido domesticados, vuelven a comportarse salvajemente y abandonan el ámbito del corral o lo doméstico para ser libres.
“En su trabajo de investigación relacionado con la producción artística, Marcos Benítez, desde hace aproximadamente un año, ha recabado información sobre la fiera entre las fieras, el yaguareté. Desde hace tiempo, Marcos trabaja en torno a la depredación que hacemos los seres humanos de los recursos naturales: la deforestación, la pérdida de ciertas especies de plantas en algunos ecosistemas, sobre todo, lo relacionado con el bosque Atlántico y, ahora, la amenaza de la desaparición de los felinos americanos, entre ellos, el yaguareté”, detalló.
En este contexto, Lia Colombino subrayó que no sólo la flora está amenazada, sino también, la fauna. “El yaguareté, amo del territorio en un pasado no tan remoto, temido y a la vez adorado, no encuentra comida ni refugio, y es ultimado cuando amenaza el ganado vacuno”.
Así, Marcos Benítez visibiliza esta problemática a través de sus obras, es decir, reinterpreta la relación entre el ganado vacuno y la fauna nativa, lo doméstico y lo salvaje. “Muchas de sus obras replican las manchas del yaguareté, trabajadas a fuego sobre lienzo, similar a las marcas de propiedad de las vacas de una estancia”, reveló la curadora.
Citó otra obra de la serie que exhibe un cuero vacuno que recibe las manchas del yaguareté, también realizadas a fuego, con la idea de que algún día el ganado se revele del amo y se vuelva feral, salvaje. “Quizá sangriento”, exclamó.